“Jamás se me ocurriría echar la culpa a los demás por un error, un desacierto o una política mía”. La frase de la presidenta Cristina Kirchner tenía un destinatario no nombrado pero claramente identificable: Mauricio Macri, quien sigue sin hacer un autocrítica por el escándalo de espionaje que involucra a la Policía Metropolitana.

Cristina habla del tema al encabezar un acto en Casa de Gobierno, donde inauguró una muestra de homenaje al Día de la Soberanía Nacional. La jefa de Estado dijo que "es muy de nuestra cultura que siempre la culpa la tiene otro, hasta de las cosas que uno hace", y advirtió que "esto también tiene que terminar".

"Que cada uno que se haga cargo de lo que hizo y lo que hace, y entre todos contribuyamos a traerle paz, buenas ideas y buenas actitudes a todos los argentinos. Para esas cosas es que nos votaron", agregó.

Macri brindó ayer una conferencia de prensa donde se desentendió del escándalo de espionaje en el seno de la Policía Metropolitana y fustigó a la Casa Rosada, al desafiar con la frase "no nos van a parar".

Por otro lado, Cristina Kirchner hizo lugar al humor para responder a lo que consideró críticas exageradas tras su reunión con Lula en Brasilia: "No puedo creer las cosas que se dijeron, que estaba todo mal. Después de leer algunas cosas, comenté con el ministro (Amado) Boudou que si mañana me paro frente al Río de la Plata y se abren las aguas y voy caminando a Montevideo, algún diario monopólico va a decir: «Finalmente se supo, Cristina no sabe nadar»".

Pero no sólo eso. En su crítica a los medios hasta comparó al secretario Legal y Tecnico de la Presidencia, Carlos Zannini, con el humorista Diego Capusotto. "Zanini, que es nuestro Peter Capusotto, por el humor ácido que tiene, me dijo que estaba confundida y que el titular de ese diario iba a ser Bíblica, Cristina se comparó con Moises", afirmó.