Muchas son las causas que nos pueden llevar a pasar unos días e incluso meses sin mantener relaciones sexuales y según publica 20minutos y Medical Daily, estos son los seis grandes seis cambios que tu salud física, emocional y mental puede experimentar en ese tiempo:

Disminuye el apetito sexual: Cuando pasás un tiempo sin tener sexo, hay una gran probabilidad de que tu deseo sexual disminuya. El sexo nos proporciona endorfinas y cuanto más lo practicamos, más lo deseamos. Ocurre lo mismo a la inversa, cuanto menos disfrutamos del sexo, menos lo necesitamos.

Más estrés: La falta de sexo durante un cierto periodo de tiempo puede derivar en un aumento del nivel de estrés. Tal y como retoma un estudio publicado en Biological Psychology, la penetración —y no otra práctica sexual— está asociada a una mejor equilibrio mental y físico. En este sentido, el coito ayuda a la pareja a superar momentos difíciles.

Baja autoestima: Un "stop" en nuestra vida sexual puede hacernos sentir menos deseados y tristes. De hecho, los investigadores creen que el semen tiene cualidades antidepresivas.

Menos inteligencia: Una investigación llevada a cabo en 2013 por Hippocampus llegó a la conclusión de que las relaciones sexuales potenciaba la reproducción de neuronas e incluso mejoraba la función cognitiva. Esto se explica porque las experiencias sexuales conducen al crecimiento celular en el hipocampo (parte del cerebro). Por ello, el sexo podría ayudar a prevenir el deterioro de la memoria.

Debilita el sistema inmunitario: Un estudio realizado en 2004 por Psychological Reports evaluó el sistema inmunitario de los participantes en función de los niveles de inmunoglobulina que estos presentaban. La inmunoglobulina, un anticuerpo que se halla en suero sanguíneo y otras secreciones, es un potente defensor contra los resfríos y la gripe. Los investigadores se encontraron con que los participantes más activos mostraban niveles significativamente más altos de inmunoglobulina que los que no practicaban sexo tan seguido. Por ello, concluyeron que los humanos somos más propensos a resfriarnos si practicamos menos sexo.

Disfunción eréctil: La abstinencia puede conducir a la disfunción eréctil en los hombres, incluso en la tercera edad. Así se deduce de un estudio publicado en 2008 por American Journal of Medicine y llevado a cabo con 900 hombres de entre 50 y 80 años. Según esta investigación, los varones con una vida sexual activa preservan su potencial eréctil, incluso en la tercera edad, de la misma forma que la actividad física beneficia la salud.