El grupo de futbolistas de Newell’s que se halla trabajando en la costa atlántica había sufrido el primer contratiempo serio la semana pasada, cuando Villar, Spolli, Da Silva y Seri se perdieron un turno de entrenamiento por un virus que les provocó diarrea. Además, otros jugadores sufrieron efectos menores, pero también se vieron afectados por la intrusa enfermedad.

Cuando parecía que el inconveniente se había superado, otros cuatro muchachos amanecieron descompuestos este domingo y no pudieron cumplir con el entrenamiento de la jornada. Se trata de Pablo Pérez, Augusto Mainguyague, Alexis Machuca y Leonel Vangioni, todos habitantes de una misma habitación en el Hotel Spa República. Estos presentaron un cuadro agudo de fiebre y vómitos.

Este último dato no es menor, ya que el médico de la delegación leprosa, Fernando Prelas, había informado la semana pasada que “este tipo de enfermedades son comunes en grupos cerrados de trabajo, que comparten la bombilla del mate o del tereré, o que toman agua de la misma botella”.

Pero el susto mayor de la jornada dominical lo protagonizó el joven defensor Ignacio Fideleff, quien lleva a cabo sus primeros trabajos de pretemporada con el plantel superior. El chico de 18 años se desvaneció en su habitación luego de haber cumplido con la sesión de entrenamiento vespertino, golpeando su cabeza contra la cama. El traumatismo le provocó un corte que debió ser suturado con varios puntos por parte del cuerpo médico rojinegro.