La toma de la comisaría se desarrolló hace cinco años tras la muerte del Martín “Oso” Cisneros, un dirigente piquetero de la agrupación de D´Elía. Por eso, un grupo de integrantes del movimiento que lidera ingresó por la fuerza a la comisaría.
"Estoy orgulloso de mi conducta. No soy un dirigente que mira para el otro lado", afirmó D´Elía.
Según dijo, "el Estado debe pedir perdón" por la muerte de Cisneros, ya que –dijo– "si el sicario hubiera sido detenido en su momento, no hubiera pasado lo que pasó" con su compañero.