En los paneles y talleres, de los que participaron expertos locales y extranjeros, se desatacaron los problemas de distribución, el proceso de concentración registrado en los últimos años en el ámbito editorial en general, y la “estrechez presupuestaria” de las editoriales universitarias.
Los especialistas identificaron otros factores que obstaculizan la circulación de las obras editadas no siempre considerados con la debida atención, por ejemplo, la necesidad de mejorar la forma de comunicar procesos complejos para ampliar el universo de lectores al que están dirigidas las obras, hoy restringidas a un “mercado cautivo” de estudiantes, docentes e investigadores.
En los últimos años y a partir de las nuevas tecnologías hubo un cambio en la relación título-tirada que permitió que se publiquen más libros, pero en un número reducido de ejemplares si se lo compara con las mejores épocas de las editoriales argentinas.
Lo cierto es que la circulación de la literatura académica se ha visto modificada a partir de las redes que funcionan con Internet como plataforma de vinculación. En este punto, es unánime la coincidencia en no considerar a la web como “competidora” de la edición en papel sino como un “complemento necesario” que permite a los académicos actualizarse sobre lo que están investigando sus colegas en cualquier parte del mundo.