Iancu Boroi, de 35 años, presentó una demanda formal contra la empresa, cuyo nombre no trascendió, y explicó que se compró una latita de cerveza en un supermercado al sur de Rumania y cuando la terminó estaba tan borracho que casi se desmaya.
"Soy más que capaz de beber y es ridículo que una latita me emborrachara de ese modo", sostuvo el hombre, que exige una investigación y una posterior “compensación” porque la bebida "tiene que haber tenido algo malo”.