Engordar después de los 50 años eleva el riesgo de desarrollar discapacidad, en especial cuando la persona ya es obesa. Los resultados, de un estudio hecho en Italia destacan la importancia de la prevención y el tratamiento de la obesidad en los adultos para preservar la capacidad funcional y la independencia.

El informe destaca que existen “evidencias sólidas” de que la obesidad en la tercera edad está asociada con una mayor probabilidad de desarrollar discapacidad y rápido deterioro asociado con la edad, pero el estudio señala que poco se sabe sobre cómo el aumento o la pérdida de peso en esa etapa altera la funcionalidad.

Para investigarlo, se estudió a 2910 hombres y mujeres mayores de 65 años. Todos informaron cuánto habían pesado a los 50 (pero no si habían tenido alguna discapacidad a esa edad). Se definió como discapacidad como la dificultad de realizar por lo menos una actividad de la vida diaria, como ducharse o vestirse.
Entre los 50 y la edad de ingreso al estudio, el 30,6 por ciento de los hombres y el 38,7 por ciento de las mujeres habían aumentado más del 10 por ciento de su peso original.
Para las personas con un índice de masa corporal (IMC) normal a los 50, las que habían aumentado entre el 5 y el 10 por ciento de su peso original eran 1,46 veces más propensas a tener discapacidad al ingresar al estudio, mientras que las personas que habían aumentado más del 10 por ciento de su peso inicial tenían 1,61 veces más riesgo.
Entre los obesos a los 50, haber aumentado entre el 5 y el 10 por ciento del peso original elevó 1,65 veces su riesgo de desarrollar discapacidad, mientras que los que habían aumentado más del 10 por ciento eran 2,59 veces más propensos a tener discapacidad.
El estudio halló también un mayor riesgo de discapacidad entre las personas con peso originalmente normal y que habían adelgazado más del 10 por ciento de su peso, pero la enfermedad crónica fue responsable de gran parte de esa relación.
Las personas obesas que adelgazaron tantos kilos no fueron más propensas a desarrollar discapacidad, lo que proporciona evidencias de que se puede recomendar de manera segura el adelgazamiento intencional en adultos mayores con sobrepeso u obesidad, concluye el estudio.
Fuente: Bibliomed, Journal of the American Geriatrics Society