"Una idea clásica sobre los lobos marinos era que cada macho tiene su harén con muchas hembras. Pero no era tan correcta", afirmó el biólogo Luis Cappozzo al diario Clarín.
Las investigaciones, agregó, revelan que algunos machos pretenden conquistar a las hembras de forma violenta, con mordiscos, ruidos, olfateos, dificultan sus movimientos y tratan de retenerlas por la fuerza.
Lejos de tener éxito, la estrategia de los acosadores provoca que las hembras se acerquen entre sí para defenderse y elijan a los machos "más amables y menos acosadores", agregó el especialista.
Más de 110.000 lobos marino de un pelo, también conocidos como lobos marinos de coloración amarillenta, se acercan a las costas patagónicas cada diciembre.