Pese a algunas amenazas de paro que se habían deslizado días atrás, el servicio de taxis funcionó con normalidad durante el fin de semana, aunque este lunes es el último día de plazo que los titulares de licencia pusieron al Concejo para que se apruebe un aumento en las tarifas.

La iniciativa, que planea llevar la bajada de bandera de 2,20 pesos a 2,80 y la ficha por cuadra de 12 a 13 centavos, será tratada ahora sí en la Comisión de Servicios Públicos del cuerpo legislativo local y todo indica que tendrá el visto bueno para será sancionada el jueves en el recinto.

Los taxistas consideraron las demoras como una “provocación” y una “chicana”, por lo que habían anticipado que su bronca se traduciría en una medida de fuerza que afectaría el servicio nocturno del fin de semana. Sin embargo, luego los ánimos se distendieron y se decidió no realizar por el momento ningún paro y apostar a que el tema tenga despacho favorable esta semana.

La discusión se transformó en un tira y afloje entre los concejales oficialistas y de la oposición más allá de que todos avalarían un incremento en el precio del servicio, impulsado en la permanente inflación del país, pero las especulaciones tendrían que ver con que nadie quiere asumir el costo político de un nuevo impacto al bolsillo de los usuarios.