Según informó el diario británico The Sun, Fritzl pasea solo por el patio del penitenciario de Sankt Polken –no tendría contacto con otros reclusos– a la espera del fallo, aunque, según asumió en una entrevista la semana pasada, sabe que morirá en la cárcel.
El hombre, de 74 años, encerró, violó y golpeó sistemáticamente a su hija durante 24 años. Con ella tuvo hijos-nietos, a uno de los cuales está acusado de matar.