Luego del supuesto episodio de discriminación hacia una colombiana en el boliche Kubrick, se reavivó la problemática irresuelta sobre este tipo de prácticas en los bares y boliches rosarinos. Para el concejal Alberto Cortés, se trata de actitudes “constantes” que merecen el repudio de la Municipalidad, y en tal sentido solicitó la presencia de la directora de Derechos Humanos, Gabriela Sosa, en el cuerpo legislativo local.
El edil del Socialismo Auténtico (PSA) quiere que la funcionaria dé cuenta ante el pleno de concejales por qué no se cumplen las ordenanzas que garantizan un trato igualitario a todos los ciudadanos. Aseguró que espera las respuestas de la funcionaria desde el año pasado.
Concretamente, se pretende que Sosa explique el avance de las ordenanzas 8508/10 y 8522/10. La primera, prohíbe el “artilugio” del derecho de admisión y/o permanencia; en tanto la segunda, regula al personal que realiza tareas de control en los clubes nocturnos, los llamados "patovicas".
Para Cortés, la discriminación en estos ámbitos es “un tema de nunca acabar” y los argumentos esgrimidos por quienes se atreven a denunciarla, los mismos: sobrepeso, color de piel y hasta “portación de cara”.
Sin embargo, el concejal apuntó que “existen armas legales desde el municipio para tratar de evitar este tipo de prácticas reprochables” e incluso recordó que en varias oportunidades se solicitó una rendición de cuentas al Palacio Vasallo respecto de las inspecciones realizadas en las discos. Pero nada de ello sucedió: las reglamentaciones no se cumplieron y los informes no se presentaron.
Por tales motivos, el concejal insistió en que Sosa pase por el Concejo y se garantice de una vez por todas “un trato igualitario a todos los ciudadanos”.