El rector de la Universidad Nacional de Cuyo, Arturo Somoza, a partir de la experiencia de la universidad en la conducción de la Escuela de Medicina Nuclear de Mendoza (FUESMEN) destaca la fecunda interacción entre instituciones académicas y asistenciales.

La UNCuyo ha sido cofundadora del Centro de Diagnóstico Nuclear en Buenos Aires. En este sentido, y luego de tres lustros de experiencia, Somoza afirma que “ha significado una experiencia muy valiosa por la interacción entre el Estado provincial mediante el Ministerio de Salud, el Nacional a través de la CNEA y la Universidad Nacional.

De todas maneras se basa en experiencias anteriores, como la más que cincuentenaria relación entre la CNEA y la UNCuyo en el Instituto Balseiro, entre la Provincia y la CNEA en Nuclear Mendoza y entre la Universidad y el Gobierno de Mendoza en el Instituto Tecnológico Universitario, el Instituto de Seguridad Pública y el Departamento de Aplicación Docente. Esa experiencia de gestión compleja, adecuada a una realidad diferente, es la que puede aportar la FUESMEN a la FCDN”.
Desde esta visión, la investigación no sólo aporta al enriquecimiento de los propios investigadores, sino que hace crecer a las instituciones. El doble rol de efector de la salud e investigador es el perfil del mejor recurso humano posible.

En la Facultad de Medicina de la UNCuyo funciona el Instituto de Histología y Embriología que realiza interesantes investigaciones científicas. Indagado acerca de qué áreas están resultando más prometedoras, teniendo en cuenta que el listado de proyectos de investigación que informa la secretaría de Ciencia y Técnica de la universidad para esa facultad menciona más de cinco decenas de programas de distinto alcance Somoza explicó que “el Instituto de Histología y Embriología (IHEM) fue creado en 1957 para desarrollar tareas de investigación científica y formación de investigadores, bajo la dirección de su fundador, el Dr. Mario H. Burgos. Por un convenio firmado en 1983 entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) se reglamentó su constitución y funcionamiento.

El primer microscopio electrónico (RCA) -pionero en la región- fue adquirido al año siguiente por la UNCuyo. Posteriormente se incorporaron tres microscopios electrónicos de transmisión y uno de barrido con apoyos de la Fundación Rockefeller (USA), CONICET y Fundación Escuela de Medicina Nuclear (FUESMEN). Generosos subsidios de CONICET, UNCuyo, Fundación Rockefeller e Institutos Nacionales de la Salud (USA) permitieron adquirir otros equipos para microscopía óptica, microscopía confocal, microscopía electrónica, transmisión y barrido, criofractura, ultramicrotomía, videomicroscopía, contraste de fase, fluorescencia, cromatografía líquida de alta resolución y fraccionamiento subcelular.