En el campo educativo, estas competencias incluyen habilidades en cuanto a conocimientos, valores y comportamientos que fortalezcan las destrezas ya adquiridas; en consecuencia, las competencias se aprehenden porque no son inherentes a los alumnos sino que forman parte del proceso de aprendizaje donde el conocimiento se multiplica en el transcurrir del tiempo.

Formar en competencias implica buscar un equilibrio entre las aptitudes, las actitudes y las destrezas de cada alumno; el conocimiento se interrelaciona con las exigencias de la vida cotidiana, profundizando en valores y rediseñando contenidos para orientarlos a fin de alcanzar estas necesidades desarrollando en las personas la intelectualidad en concordancia con el mundo actual.

Los alumnos aportan soluciones a diversos problemas, realizando actividades que involucran “el ser, el hacer, y el saber”. Los contenidos actitudinales, procedimentales y conceptuales que requiere una planificación en el ámbito escolar, son parte de la educación por competencias; así los alumnos logran idoneidad en sus prácticas combinando conocimientos, habilidades y valores. De este modo, los contenidos se vuelven competencias cuando los alumnos logran que formen parte de sus acciones.

Desde este punto de vista, no se podría asemejar competencias a objetivos, ya que lograr competencias es el objetivo a alcanzar. Las expectativas de logro hacen referencia a las competencias que se corresponden con inculcar el desarrollo de atributos integrados en diversos campos, así por ejemplo, una competencia que se espera alcanzar en los alumnos es, justamente, la capacidad para resolver problemas que requieren la aplicación de diferentes pasos; o la experiencia para trabajar en grupos interdisciplinarios; el desarrollo de la comunicación efectiva, tanto oral como escrita; o el saber seleccionar, analizar y organizar la información que recolectan.

Así, cada espacio curricular readapta sus contenidos específicos teniendo en cuenta que educar en competencias es educar en el conocimiento profundo de esos contenidos, sabiendo conjugar estrategias de aprendizaje con actualización de herramientas. Todo ello, teniendo como meta contribuir al desarrollo personal y colectivo que aporte bienestar a la convivencia.