Pedro Robledo
El encuentro de música popular más importante de la provincia de Buenos Aires y uno de los más relevantes de la Argentina, realizó este fin de semana una nueva edición que se caracterizó por tener una impronta en la que se distingue la calidad de las propuestas por encima de los nombres rutilantes.
No estuvieron varias de las figuras que se suponen convocantes, infaltables e ineludibles en todos los eventos de su tipo, como el Chaqueño Palavecino, Jorge Rojas ó Los Nocheros. Sin embargo, hubo una programación que tuvo como concepto ofrecer contenidos especiales y permitirle a ignotos artistas darse a conocer en ese escenario tan importante.
Un espectáculo que casi no se vio en ningún festival de verano fue el encabezado por Víctor Heredia. Reflotó la obra "Taki Ongoy" (La enfermedad del canto, en quechua), acompañado por Orquesta Sinfónica (dirigida por Popy Spatocco) y Coro Juvenil del Bicentenario, formaciones integradas por una selección de jóvenes de todas las provincias.
Otra puesta original fue la diseñada por Iván Camaño (cantor santiagueño, de Quimilí) y Jorge Mlikotta, concretando un homenaje a Tamara Castro, la cantante bonaerense fallecida trágica y prematuramente. Mlikota, autor y compositor de numerosas obras del cancionero criollo de estos tiempos ("Cenizas", "Jazmín de luna", "Zamba de amor en vuelo"), es además jurado del Pre-Baradero desde hace 20 años.
La televisión pública estuvo registrando imágenes todas las noches para un compilado que se verá en los próximos días en Canal 7. Al no existir los tiempos televisivos que demanda una transmisión en vivo, todo funcionó más relajado. Incluso los locutores, Maia Sasosky y Marcelo Iribarne (los mismos de Cosquín), pudieron lucirse al estar más distendidos y sin esa presión.
Yamila Cafrune y Facundo Ramírez también pudieron mostrar canciones no tan festivaleras, sin apuro, lo mismo que Guillermo Fernández y el Sexteto Mayor que pudieron desplegar sus shows tangueros.
También hubo espacio para una propuesta artística de enorme valor como la de Anabella Zoch. La cantante nicoleña, que está de regreso luego de su residencia en España, mostró su disco de canciones latinoamericanas notablemente sostenida por la guitarra de Lucho González.
La presencia de Jairo siempre está a la altura de los escenarios importantes. Se lo notó de muy buen ánimo. En la previa no eludió ninguna charla, ni ningún pedido de fotos. El buen momento personal tiene que ver, entre otras cosas, con la notable mejoría que está experimentando la salud de su esposa Teresa y lo bien que le va su hija Lucía en su residencia en Alemania.
Justamente Lucía, historiadora del arte, fue la curadura de su muestra de pinturas realizada en Rosario el año pasado. "A raíz del montaje de esa muestra, que fue la primera que se hizo de mis obras, es que me la están pidiendo en todos lados, por los buenos comentarios que surgen de quienes la vieron en Rosario", manifestó agradecido. Se puso muy serio, casi disgustado, cuando se le mencionó la publicación de una versión que lo daba como potencial candidato a diputado nacional por una lista de la oposición. "Nunca recibí tal propuesta, no sé de donde surgió esa versión, la desmiento rotundamente", declaró algo molesto.
Solamente Facundo Toro no se percató de la impronta del festival. Le tocó ser el artista de cierre de la última noche y decidió, reclamando sutilmente en el escenario, subir a tocar sin su banda. Mientras Facundo desarrollaba su actuación sólo acompañado por su hermano Miguel Angel, el resto del grupo partía rumbo a San Juan. No cayó nada bien la actitud, había un sector del público que lo esperó hasta alta hora y la gente se topó con que el show iba a tener un formato de peña íntima.
En la tarde del domingo, se lo pudo ver a León Gieco cumpliendo su ritual de todos los años en Baradero: recorrió la zona de la costa de la ciudad en bicicleta. Preparó para esa noche un repertorio acotado, por la lluvia que amenazaba con interrumpir el festival y pensando en los colegas que venían después de su show. En conferencia de prensa, volvió a denostar las figuras de Mauricio Macri y Miguel Del Sel, descalificando también a sus votantes. Manteniendo sus posturas de adhesión al gobierno nacional, cuando se le inquirió acerca de si había algún desacuerdo en algún punto con el oficialismo, un poco esquivo con el tema, reclamó que "falta educación" y "no estoy de acuerdo con la minería a cielo abierto", dos cuestiones que demandan decisiones nacionales.
Gieco anunció además que este año se conocerán nuevos discos suyos. Uno de ellos se llamará "Rosquín Folklore", haciendo alusión a su pueblo natal y a su gusto por las canciones folklóricas. Otra placa será la que lo tendrá formando trío con el pianista de jazz Adrián Iaies y con el contrabajista Horacio Fumero, el "Isoca", su gran amigo de la adolescencia cuando ambos integraban el grupo "Los Moscos", en Cañada Rosquín.
Después de León, antes de Facundo Toro, el escenario "Abel Figueroa", recibió la propuesta del armoniquista rosarino Franco Luciani junto a su grupo.
Baradero demostró que se puede ofrecer una programación de calidad, sin todos los popes del momento, y redondeó una edición exitosa, rumbo a la edición número 40, para la cual se anunció un festival de 6 noches para celebrarlo. También la ciudad prepara la celebración de sus 400 años, en 2015, año para el cual el Festival tiene como objetivo programar 9 noches.
Los premios
Consagración por la calidad interpretativa: Tomás Lipán (se presentó el viernes junto a Bruno Arias)
Premio Consagración: Canto 4 (Salta)
Revelaciones: Carlos Angel Martínez (cantor de Salta) y Leandro Villar (rubro tango, de Capital Federal)
Calidad interpretativa: Nuestro Tiempo (joven grupo de chamamé de Chaco)
Consagración del público: Los Jayitas
Revelación Peña Oficial: Los del Plata.