"El Negro iba por la vida como si fuera un niño, sin ningún tipo de protección, para él era imposible pensar que la gente le quisiera hacer dañor", evocó Gabriela Mahy, la viuda de Roberto Fontanarrosa, a poco de cumplirse un mes de la partida del entrañable escritor y humorista. "Siento que su presencia en mi vida fue muy fuerte y de la misma manera es muy fuerte su ausencia", planteó.