Las previsiones están incluidas en un documento que el FMI entregó a los países del G20, los más ricos del mundo más algunos de desarrollo intermedio, que realizarán una cumbre el 2 de abril en Londres, y al que tuvo acceso hoy la agencia de noticias Ansa.
Según el FMI, las economías avanzadas registrarán este año una "profunda recesión" con "la más fuerte contracción de la post-guerra".
Según el documento, en 2009 el PIB de Estados Unidos caerá 2,6%, el de Europa 3,2%, y el de Japón 5,8%. Para 2010, las economías desarrolladas registrarán un progreso de 0,3%, Estados Unidos de 0,2% y Europa de 0,1%, mientras Japón seguirá con un índice negativo, de 0,2%.
Para las economías en desarrollo o emergentes está previsto un avance de entre 2 y 2,5%, mientras para el próximo año la economía debe crecer entre 3,5 y 4,5%, de acuerdo al reporte.
Para el FMI, la manera de evitar que la crisis empeore y haga "invertir la ruta al crecimiento dependerá de las acciones concertadas para estabilizar las condiciones financieras y de medidas de fuerte apoyo para recuperar la demanda".
Asimismo, el FMI añade en el documento al que accedió Ansa que "para mitigar el riesgo de intensificación de la crisis los países deberían adoptar acciones inmediatas para contener un ulterior empeoramiento del sector bancario".
"Se precisa ahora de medidas -advierten los economistas de Washington- para iniciar el proceso de reestructuración del sistema bancario, para evitar una desaceleración económica todavía peor. Si los balances de los bancos no son depurados velozmente y las entidades reestructuradas, advierte el FMI, se pueden prever evoluciones todavía más serias".
En particular, destaca el FMI, "la mayor parte de los programas nacionales no tiene evaluaciones sistemáticas sobre la solidez de los bancos o sobre un plan de reestructuración".
"Tal juicio, subraya la entidad multilateral de crédito, incluiría una evaluación de las pérdidas de los bancos y también precisaría de un plan de reestructuración acordado que permita el retorno de ganancias a las entidades de crédito".
El Fondo apunta el dedo sobre el hecho de que en las economías avanzadas ha habido hasta ahora "progresos limitados" en la evaluación de los "activos tóxicos", como hipotecas impagas y "la incertidumbre sobre la solidez de los bancos sigue siendo elevada e impide que retorne la confianza en los mercados".