Al presidir hoy ante 200 mil personas la misa de Domingo de Ramos, que abre las celebraciones de Semana Santa, Francisco llamó a "vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo" y a no creer "en el maligno que nos dice que no podemos hacer nada contra la violencia, la corrupción, la injusticia". Además, saliéndose del texto preparado, el Papa argentino que ha cautivado por su simplicidad y espontaneidad pidió: "¡por favor, no se dejen robar la esperanza que nos da Jesús!". Por último, llamó a la participación de los más jóvenes.