“Desde el momento de la concepción, late en el en seno materno una vida, que es persona. Y a su vez, el primer derecho de una persona es su vida. Sólo reconociendo y admitiendo este primer derecho, podemos defender los demás”, sostiene el prelado.
Continuando en esa línea, afirma que no se puede “hacer acepción de personas ni discrimar quién debe vivir o quién no, ya que toda vida debe ser defendida y protegida. En una sociedad, en la que deseamos vivir sin intolerancia ni exclusión alguna, la vida debe ser reconocida como un derecho igual para todos”. Y dijo que piensa, “en particular, en los niños no nacidos, víctimas indefensas del aborto”.
En ese sentido, agrega que “ante esta realidad, la comunidad eclesial debe comprometerse más en defender la cultura de la vida. Por ello, este año, el 26 de marzo, celebrando la Encarnación del Hijo de Dios, y conmemorando el Día del Niño por nacer, recordemos en nuestras parroquias y comunidades el don de la vida, y la defensa de la vida como un derecho para todos, y pidamos por esta intención”.