Consultado sobre si con la proliferación de textos en Internet se agotaron los formatos literarios, el escritor señala que “ya todo se inventó, pero siento que ahora soy más fragmentado, y me gusta. Antes cualquier cosa no lineal me mareaba. De la Red he aprendido eso: la necesidad de los espacios en blanco. En el blog escribo más para abajo que para el costado, y me ocupo de que mis libros tengan aire interno. Más que la creación de algo nuevo, la Red nos puede enseñar eso”.
En cambio, postula, “otras artes han logrado llegar a altos niveles de abstracción”, como el cine, por ejemplo. “Lo más impresionante que ha ocurrido con el cine es HBO, es uno de los momentos históricos de la era del sonido y del color, que dividió el mundo audiovisual en dos, justamente por el manejo del tiempo, del que hablaba. Como el cine tiene que durar alrededor de dos horas, debería ser más parecido a la poesía: narrar momentos, sensaciones, los asiáticos lo hacen muy bien. El desarrollo de los personajes, funciona mejor en la televisión”, aclara y se manifiesta defensor del fenómeno de las “nuevas series” norteamericanas.
Fuente: Revista Ñ