En los próximos años los trastornos mentales aumentarán en todo el planeta, y también empeorará la situación de aquéllos que de antemano padezcan enfermedades mentales.

La causa se atribuye a los desastres naturales, los desplazamientos masivos por inundaciones de la costa, la aparición de enfermedades infecciosas graves o el aumento de la temperatura. Según dos expertas del Instituto de Psiquiatría del King’s College de Londres, urge estudiar a fondo estos mecanismos para poder paliar la situación, que podría ser especialmente dramática en los países pobres.

Publicado por la revista especializada “Psychological Medicine” bajo el título “El cambio climático en la salud mental (¿pero se discutirá sobre la salud mental en Copenhague?)", en el trabajo Lisa Page y Louise Howard, afirman que el cambio climático resultará crucial para la aparición de nuevos trastornos mentales a nivel global, y también afectará a las personas que sufran enfermedades mentales serias.

Page y Howard revisaron una serie de estudios recientes realizados por científicos y relacionados con el impacto potencial del cambio climático en la salud mental humana.

A partir de esta revisión, las expertas concluyeron que los efectos más nocivos de esta situación recaerán en aquellas personas que de antemano padezcan alguna enfermedad mental seria, pero que también habrá un incremento de los trastornos mentales en individuos previamente sanos, de todo el planeta.

Las científicos alertan de la falta de investigaciones sobre los mecanismos por los que el cambio climático provoca y potencia este tipo de trastornos, y de la necesidad de que se realicen nuevos estudios para que se puedan llevar a cabo políticas fundamentadas en conocimientos, que permitan afrontar los problemas que han de llegar.

Según Page, mientras los delegados discuten (en Copenhague) sobre los efectos del cambio climático y sobre las posibles respuestas al problema que han de dar los Gobiernos, las expertas temen que los efectos del cambio climático en la salud mental de la gente sean ignorados a largo plazo, lo que supondría un tremendo riesgo para millones de personas en un futuro no lejano.

Las investigadoras han identificado diversas formas por las que el cambio climático podría afectar a la salud mental. En primer lugar, los desastres naturales (como inundaciones, ciclones o sequías), que se están incrementando como consecuencia del cambio climático, provocan trastornos psiquiátricos adversos en las personas que los sufren. Estos trastornos han sido bien documentados en los estudios sobre las repercusiones de los desastres naturales, y entre ellos se encuentran el trastorno por estrés post-traumático, la depresión severa o los trastornos somatoformes.

Por otra parte, las necesidades de las personas con enfermedades mentales crónicas a menudo son pasadas por alto tras un desastre de esta envergadura, momento en que las intervenciones psicológicas suelen centrarse en aquellos individuos que acaban de sufrir un trauma. En estas situaciones, el riesgo de mortalidad o de empeoramiento de los enfermos mentales, por tanto, aumenta.

En tercer lugar, a medida que las temperaturas se incrementan, las personas con enfermedades mentales son particularmente vulnerables al peligro de muerte relacionada con el calor. A esta situación contribuyen los medicamentos psicotrópcios, la preexistencia de enfermedades respiratorias o cardiovasculares o el abuso de sustancias. Además, la cantidad de suicidios también podría incrementarse a partir de un umbral de temperatura.

Asimismo, los expertos prevén que como consecuencia del cambio climático aparecerán nuevas enferemdades infecciosas graves. Este hecho también tendrá un impacto piscológico en la población, en forma de estrés psicológico, ansiedad y estrés traumático, advierten Page y Howard.

Otro aspecto del cambio climático que afectará a la salud mental de la población mundial será el derivado de los cambios costeros y del incremento de las inundaciones, que se espera obliguen a migraciones y desplazamientos masivos, con sus consecuentes tensiones traumáticas.

Fuente: Tendencias 21