Y al igual que Ricardo –que se enamoró de la estanciera desde chico, ya que su padre tuvo 2– son muchos los fanáticos que a pesar de la proliferación de camionetas y 4 x 4 que coparon el mercado con una finalidad similar, quizás, a la que se planteó Industrias Kaiser Argentina (IKA) en los ´50, cuando decidió fabricar un vehículo con esas características y ese rendimiento, siguen prefiriendo la vieja y querida estanciero.
Así como surgieron otros clubes de marcas cuyos integrantes suelen poblar los parques durante los fines de semana con sus reliquias de cuatro ruedas, remozados con motores que lucen renovados, intercambiando experiencias e integrando a las familias como si se tratara de un club deportivo, los seguidores de la estanciera y del baqueano (utilitario con caja posterior) también quieren juntarse y formar su propio club.
El plan es reunirse este domingo 20 de abril, a las 11.00 en la estación Fluvial, para darle nuevo impulso a la propuesta, y al encuentro estarán invitados no sólo los dueños de estancieros, sino también el público en general que quiera apreciar esos valuartes de la industria automotriz, que resisten junto con sus propietarios, el paso del tiempo.
“En principio, nos juntaremos en ese lugar con los vehículos y nuestras familias y a lo mejor hacemos una caravana para mostrarlos a todos juntos”, planea Ricardo, pero se ilusiona con que, tal como hacen otros clubes de coleccionistas, lleguen a programar viajes y travesías con fines solidarios, algo parecido a lo que se hizo el año pasado en San Rafael, Mendoza, donde se celebraron con un rally y una serie de festejos, los 50 años de la fabricación de la primera estanciera que salió de la fábrica en 1957.