Tanto en Rosario como en el resto de los puntos de la Argentina donde residen ciudadanos bolivianos, los representantes locales de ese país instaron a la colectividad a participar aunque más no sea a la distancia y de manera simbólica, en el referéndum del próximo domingo en apoyo al presidente Evo Morales.

Preocupado por el futuro político y social del vecino país, el cónsul de Bolivia en Rosario, Williams Medrano, convocó a todos sus connacionales a acompañar la posición del primer mandatario, y a concurrir este sábado al Monumento Nacional a la Bandera, a las 17.30, para manifestarse en ese sentido.

“Se trata de una convocatoria de apoyo real a la gestión del presidente Evo Morales, en virtud de que nos sentimos involucrados con lo que ocurre en Bolivia, a pesar de residir aquí”, dijo Medrano a Rosario3.com, y aclaró que en Rosario no habrá centros de “votación simbólica” como sí habrá en Capital Federal y Gran Buenos Aires.

Efectivamente, como están inhabilitados por la Constitución de Bolivia para votar fuera del país en los procesos electorales de su tierra natal, los bolivianos residentes en Capital Federal y Gran Buenos Aires fueron invitados a sufragar simbólicamente en el referéndum revocatorio del domingo, como modo de protesta ante la inhibición de la Carta Magna.

La comunidad boliviana en Argentina (4.500 inmigrantes legales viven en Rosario) asciende a dos millones de personas y dispondrá (sólo en los sitios geográficos señalados más arriba) de más de 100 lugares para emitir su voto en una boleta única en la que deberá optar por revocar o no el mandato del presidente boliviano, Evo Morales; el del vicepresidente, Álvaro García Linera, y el del prefecto (gobernador) de su lugar de origen.

Morales, el primer mandatario indígena en acceder al poder en América latina, impulsó el plebiscito del domingo para retomar la iniciativa política de su proyecto socialista, que se encuentra en peligro tras cuatro derrotas consecutivas en las regiones opositoras de Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz. Allí, los prefectos opositores desafiaron a Morales con referéndums autonómicos en los que el gobierno había llamado a votar por el no.