Newell’s fue, lisa y llanamente, humillado por un rival casi descendido. El mismo equipo que venía de obtener tres victorias al hilo perdió sin atenuantes y dejando una imagen difícil de presentar ante Nueva Chicago y, si bien el resultado no compromete tanto el objetivo de fin de semestre, sí puede tener un efecto de cara al futuro.

Es que hay varios jugadores que parecen estar caminando por el final de sus respectivos ciclos y lo hecho (mejor, lo no hecho) ante el Torito, podría convencer a los directivos de tomar determinadas decisiones o bien acelerar los tiempos.

En relación al DT, este tropiezo no luce decisivo para sentenciar su alejamiento ni mucho menos, pero sí erosiona nuevamente la confianza que los directivos habían recuperado en Bernardi con esta última seguidilla positiva, que vino a enderezar el rumbo de aquellos ocho cotejos sin alegrías.
 
Newell's, desplomado. Festeja Gagliardi. FotoBaires.


Los jugadores, sí

En cambio, hay algunos jugadores cuya continuidad venía siendo evaluada que el sábado empezaron a sacar boleto de despedida. Uno de ellos es Hernán Bernardello, que sorpresivamente fue titular y tuvo un desempeño bajísimo, a la par del resto. Su préstamo vence en un par de meses y está casi afuera.

Otro jugador que empezaría a despedirse es Marcos Cáceres: su representante hace rato viene afirmando que es hora de un cambio de aire y los directivos empiezan a convencerse. En sintonía, no es casual que haya surgido el nombre del defensor paraguayo Bruno Valdez.

Otro apellidos que se suman a esta nómina pese a que no jugaron el sábado son Víctor López, Diego Mateo y Víctor Figueroa. Pomelo, se sabe, no es del gusto del entrenador; y Figueroa ha tenido muchas lesiones que le anularon la incidencia en el funcionamiento del equipo.

Por su parte, Oscar Ustari tiene un pie afuera del club y habrá que analizar qué pasa con Luciano Pocrnijc, que era el suplente natural de Osky y perdió el puesto a manos del juvenil Unsain.