Matías Manna

¿Cuánto tiempo aguantás que tu equipo realice pases en campo contrario intentando encontrar la mejor forma de ingresar al área rival pero sin poder rematar? Si son pocos, si te ponés nervioso y querés que se acabe la tenencia enseguida. Entonces, no los uses. No los pongas. Sr. Entrenador que lee esta columna, no los ponga.

Ahora que ya logró encontrarse a si mismo y responder el primer cuestionamiento, piense en su 5, en su volante central. En caso de tener que elegir uno entre dos jugadores bien distintos, uno técnico con interpretación de pase y asociación y otro muy bueno en lo defensivo, gran anulador de los 10 contrarios, ¿a quién desea?.

Uno vez que responda estas dos preguntas, puede seguir leyendo porque vamos a hablar de los mediocampistas de control. Si eligió al defensivo y se pone nervioso por tanto "tiki tiki", usted no los prefiere. ¡Huya!. Cierre esta intrascendente columna y olvide a los centrocampistas de control para siempre.

Acá, en "juego de posición" los preferimos, los deseamos. Sino no podríamos escribir ni planear partidos o metodologías de entrenamiento donde ellos son el eje del todo.