Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, concluye que los adolescentes que pasaban una gran cantidad de horas nadando en piscinas tratadas con cloro, bien sea bajo techo o al aire libre, tenían más de ocho veces el riesgo de sufrir asma que los adolescentes que nadaban en piscinas que usaban el método de desinfección por ionización de cobre y plata.