Millones de musulmanes del mundo continuaban la celebración del final del Ramadán, el mes sagrado de ayuno y abstinencia para los creyentes en el Islam. Como prescribe el Corán, la declaración del fin del Ramadán debe hacerse tras la observación del primer hilo de luna en el cielo sin ayuda de instrumentos.

Esta tradición provoca que el primer día de «Eid al Fiar» (fiesta del azúcar, con la que se rompe definitivamente el ayuno) se lleve a cabo en fechas distintas dependiendo del país. Así, Arabia Saudita lo celebró el pasado domingo, mientras que en Turquía, Sudán y la mayor parte de Europa el ayuno se rompió el lunes.

En otros países, como Egipto, Irán, Irak o Argelia, el final del Ramadán tuvo lugar el martes, mientras que este miércoles seguía en otros logares como la India, Pakistán y Bangladesh. En estos dos últimos, además, de forma violenta. Así, en Irak, al menos 13 personas murieron y otras 33 resultaron heridas en diversos ataques lanzados en diferentes zonas de Bagdad. En este país, las dos corrientes mayoritarias, sunitas y chiítas, celebran el final de Ramadán en días distintos. En Argelia, por su parte, grupos integristas perpetraron una serie de atentados que causaron la muerte a 40 personas.

En otros países, como en Túnez, las autoridades políticas han aprovechado la celebración del Ramadán para prohibir el uso del velo islámico a las mujeres (como en Turquía), argumentando que no forma parte de la indumentaria religiosa.