Lo que la presidenta Cristina Kirchner sugirió pero no dijo, el gobierno lo expresó por boca de dos de sus principales voceros, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el titular del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi, que salieron a pedir con todas las letras la renuncia de Julio Cobos, luego de que la jefa del Estado anunciara su decisión de suspender un viaje a China por temor a que el vicepresidente tome en su ausencia medidas que están en contra de los intereses de su gestión.

Fernández reiteró que Cobos "siempre está poniendo palos en la rueda" a las políticas oficiales y sostuvo que no cree en el compromiso del vicepresidente, que prometió no adoptar medidas durante la ausencia de la jefa de Estado. Con ese argumento, y la promesa de no convocar a sesiones extraordinarias al Congreso para tratar los decretos de necesidad y urgencia sobre las reservas del Banco Central y la remoción de Martín redrado, el radical instó a la presidenta a reconsiderar su decisión de no viajar a China.

Pero Fernández no le cree. "Sus permanentes actitudes hacen que uno no puede confiar en él la cosa pública", afirmó el jefe de Gabinete.

En tanto, Agustín Rossi opinó que el vicepresidente "no sólo es un dirigente opositor, sino que es un obstaculizador y obstructor de las iniciativas de gobierno". Y agregó: "Que siga pensando lo que quiera, lo que no puede es seguir siendo vicepresidente".

Similar postura adoptó el jefe de la CGT, Hugo Moyano, quien sostuvo que Cobos no puede ser vicepresidente y líder de la oposición al mismo tiempo.