Soledad Massin

Las plataformas digitales y las redes sociales revolucionaron las relaciones interpersonales, pero también redefinieron los conceptos de acoso y extorsión. Desde hace un tiempo, el “grooming” o ciberacoso sexual infantil se convirtió en la pesadilla de cualquier padre. Con media sanción del Senado de la Nación, la cámara Baja intentará incorporarlo al Código Penal. En Santa Fe, un proyecto de ley sobre el mismo tema, pero con un enfoque distinto, duerme en los cajones de la Legislatura. Se trata de una iniciativa que dejó Mónica Peralta en su paso por la cámara de Diputados que "apunta a la condena cultural desde la educación y abarca además del grooming, el sexting y el cyberbullying". Según algunos informes, el grooming es cada vez más frecuente y se estima que al menos "siete de cada 10 chicos ha reconocido tener algún tipo de acoso vía internet".

"El acoso en redes sociales no es algo que esté previsto persé. No está legislado. Generalmente las redes, las más conocidas, tienen mecanismos internos para denunciar situaciones, y poder bloquear o denunciar situaciones por cosas que se publican”, explica el abogado Gustavo Lorenzo del equipo de la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes de Santa Fe que ya atendió algunos casos de ese tipo en su primer año y medio de vida institucional. 

El grooming es el aprovechamiento que hacen los adultos de las redes sociales para tener contactos con niños, niñas o jóvenes. Intentan generar un perfil para poder armar ese vínculo. "No hay legislación específica: lo que debiera haber es legislación que incluya como delito las actividades del grooming y no esperar a que se configure otro delito”, sostuvo Lorenzo.

Para el vicepresidente de Argentina CiberSegura Ricardo Sáenz, impulsor de una de las versiones del proyecto, se trata de "un avance en materia de delito informático". Lo mismo opinó Natalia Zlachevsky de Chicos.net aunque rescató que las TICs no son de por sí peligrosas, sólo si se las utiliza “sin conciencia ni pautas de autocuidado” por lo que llamó a la utilización responsable de Internet.

El grooming: aunque no lo veamos, está

El método del grooming es sencillo: un adulto se registra a una plataforma social –Facebook, Twitter, blog o Fotolog– como si fuera una niña o niño de 13 años y se hace amigo de otras chicas y chicos de su edad. Con el tiempo y una vez que logra ganarse la confianza, trata de contactarse con ellos personalmente o bien les pide fotos y videos a través de la red.