El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí, hizo un llamamiento a la calma y pidió el fin de las manifestaciones en las calles con las que la oposición protesta por las elecciones del pasado día 12, que considera fraudulentas.

En un sermón ante decenas de miles de personas en la Universidad de Teherán, Jameneí advirtió a los candidatos, y en especial al líder de la oposición, Mir Husein Musaví, aunque sin nombrarlo, que deberá asumir las consecuencias de sus acciones.

"Es un error creer que con movimientos callejeros se puede conseguir que los responsables del sistema iraní actúen a favor de sus intereses", aseguró, antes de añadir, en tono amenazante, que como tales actos continúen volverá a hablar "de forma más clara".

Los enfrentamientos entre los partidarios de Musaví, que ha impugnado los resultados oficiales que atribuyen la victoria al presidente, Mahmud Ahmadineyad, y las fuerzas de seguridad (apoyadas por milicianos islamistas "Basij") han causado oficialmente al menos ocho muertos, aunque la cifra podría ser mayor.

"Los candidatos son responsables ante Dios", explicó, antes de aconsejar a sus "antiguos amigos que mantengan la tranquilidad, porque se ve la mano de los enemigos en los acontecimientos".