La experiencia comenzó pidiendo a voluntarios que se pusieran bajo el escáner y pensaran eventos futuros y recordaran experiencias pasadas. De esta manera, se iluminaron en la imagen registrada sectores específicos del cerebro, correspondiendo al aumento de actividad eléctrica en ellos. Por ejemplo, las imágenes mostraron contrastes de iluminación cuando los pacientes pensaban en un cumpleaños pasado y cuando trataban de imaginar un cumpleaños futuro.
El estudio podría ayudar a los doctores que tratan de entender el daño causado por derrames, heridas o enfermedades porque los resultados coinciden con daños observados en el cerebro de pacientes que han perdido la capacidad de "pensar hacia el futuro".