Los maridos de las divas son así. Cuando está todo bien, son los más adorables seres del planeta. Pero apenas las cosas se ponen complicadas, dejan de ser ángeles para convertirse en demonios. Ahora le tocó a Britney Spears. Poco después de que la cantante pop anunciara públicamente la intención de divorciarse de su marido, el bailarín Kevin Federline, su futuro "ex" le devolvió la gentileza: pidió que le pase una pensión y avisó que quiere la custodia de los dos hijos.