No hay viento, ni siquiera brisa. Y, sin embargo, la hamaca se mueve. A su lado, otras dos hamacas se mantienen firmes en sus lugares. Pero la misteriosa hamaca de la punta se mueve en forma evidente, casi como si alguien se estuviera meciendo en ella. Pero allí no hay nadie. El misterio, que mantiene en vilo a los habitantes de Firmat, sucede desde hace algo más de una semana en una plaza ubicada en uno de los accesos a esa localidad.