Ni bien pisó suelo argentino, una señora de unos 70 años empezó a gritarle en medio del aeroparque: "¡Chacho!, Chacho! Ojo con esa que le gusta más el sexo que el caviar".
El ex vicepresidente que renunció a su cargo en medio de la polémica por las denuncias de coimas en el Senado, se puso colorado y empezó a caminar más rápido. La mujer insistía en darle consejos amorosos a los gritos, mientras lo perseguía por todos lados.
Cansado, Chacho le dio cien pesos para que la mujer se calle la boca y santo remedio.