Este concurso impulsa a los visistantes a experimentar y jugar con los programas de edición de fotografías. De este modo, clásicos del arte mundial se transforman en curiosos afiches publicitarios pertencientes a las firmas más importantes del mundo.
Quizás el caso más curioso sea el David de Miguel Angel, una espléndida escultura que algún creativo maquilló como el payaso de Mc Donadls. También se puede ver un retrato de Picasso auspiciado por una marca de pinturitas, el fresco Diógenes, de Jean-Léon Gérôme, patrocinado por un fabricante de alimento balanceado. Y hasta una crema antiarrugas para corregir el rostro de la fresco Gioconda.