Además de la hostilidad que sufrió el sábado a la noche en el mismísimo estadio Monumental, el presidente de River Plate, José María Aguilar, tomó conocimiento de su "complicada" situación en su propio barrio, Villa Urquiza, con la aparición de carteles anónimos con leyendas alusivas en su contra.
El presidente de River y un momento complicado
Aguilar no sólo sufrió los insultos de los hinchas en el Monumental tras la derrota con Colón, este domingo a la mañana aparecieron carteles con la inscripción “Gracias por otra alegría”, cerca de su domicilio
Una vez consumada la derrota ante Colón de Santa Fe (0-2), el pueblo "millonario" explotó por tanto desconcierto futbolístico y reclamó en el hall de la cancha que se vaya el titular del club y la mayoría de los componentes de la actual Comisión Directiva.
"Estos son los dirigentes, que quieren a River Plate, vinieron en alpargatas, se van en Mercedes Benz", profirieron, enardecidos, alrededor de 200 simpatizantes de la ’Banda roja’.
Pero Aguilar no solamente se vio envuelto en el "ojo de la tormenta" en la cancha sino que al llegar a su casa, en la barriada de Villa Urquiza, también pudo notar que "la cosa es con él", como habitualmente suele decirse.
Es que en las adyacencias de una confitería que frecuenta el dirigente, cerca de avenida Triunvirato y Roosevelt, aparecieron varios afiches con la leyenda: "Gracias por otra alegría", en tono sarcástico.
Este es el clima de oposición fragmentada que vive River Plate, en el cual el equipo anda a la deriva, todavía busca técnico y ya está afuera de la lucha por el título en el torneo Apertura y en la Copa Sudamericana, también.
Fuente: Télam