La frase popularizada en 2001 se escuchó en el reclamo rosarino entre ruido de cacerolas y aplausos del nutrido grupo que se reunió tras la convocatoria en las redes sociales. Lo que hay que decir es que, a diferencia de aquella vez, la movilización se limitó a un sector de la clase media o incluso la clase media alta. Y que lejos estuvo de la masividad de entonces.
Aunque las marchas se repitieron en varias ciudades con demandas similares (contra el cepo al dólar, contra la re reelección presidencial y por mayor seguridad) sólo en las transmisiones televisivas de Rosario se pudo oír la frase “que se vayan todos”.