En diálogo con el programa Radiópolis, que conduce Roberto Caferra por Radio 2, Paoli señaló que la actividad del río está estrechamente ligada a lo que sucede en las cuencas brasileñas y paraguayas, cada una de las cuales aporta un millón de metros cuadrados al caudal del Paraná. “Todos los excesos que se producen alli terminan generando una situación de crecida mas o menos importante”, apuntó.
Sin embargo, advirtió que según los registros del sistema de alerta de Ezeiza, la crecida esperable –si bien de consideración– aún está por debajo de las grandes super crecidas de 1983, 1992 y 1998.
En el caso de la capital provincial, el pronóstico es de 5,85 metros; en tanto en Rosario, la crecida sería algo menor: llegaría a 5,60 metros.
Con todo, Paoli pidió esperar a los primeros días de julio cuando los picos de Corrientes van a dar una tendencia de crecida más concreta y aclaró que con cada lluvia el escenario se modifica. “El río es muy complejo”, ponderó.
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