Cerca de las 19 del viernes 5 de enero, un hombre fue a buscar una madera al patio de su casa, ubicada en calle Suipacha 1053, del barrio San Miguel, y allí se encontró con un pichón de víbora. Si bien logró matar a ese ejemplar con un palo, otra serpiente (presuntamente la madre) logró escapar del ataque. Días antes, esa familia había encontrado a su perro muerto sin causa aparente por lo que, tras el extraño hallazgo, especuló que el animal podría haber muerto como consecuencia de una mordida de yarará.
El concejal Bocco aseguró que esta casa se encuentra rodeada por otra propiedad en venta que tiene yuyos de un metro de alto. También recordó que en el mismo barrio en donde se encontró la yarará se han encontrado alacranes. Ante esta situación, el proyecto presentado propone organizar grupos de tareas para desmalezar, fumigar, limpiar zanjas y controlar la posible presencia de serpientes, alacranes, arácnidos y otros animales ponzoñosos.