La actriz admitió que pasó momentos horribles porque ningún chico se fijaba en ella debido a su gran altura y que mientras sus compañeras de clase se dedicaban a salir con hombres ella debía conformarse con mirar.
"Mido 1,80, y con tacones soy aun más alta. Pero ya era así a los trece años, fue horrible. No le gustaba a ningún chico, fue algo duro", aseguró la actriz a Contact Music.
Ahora, y aunque parece haber superado su trauma adolescente, Nicole teme que su hija Sunday Rose pase por lo mismo. "Se parece mucho a su padre, pero ha salido a mí en la altura", explicó la actriz sobre la pequeña de año y medio.
Nicole sostiene que, para la edad que tiene, la niña ya sobresale por su tamaño entre el resto de bebés de su edad.
La actriz y su marido, Keith Urban, acompañados de la pequeña Sunday Rose, pasarán las navidades en Australia, lugar de nacimiento de la actriz y donde también creció su Keith.