Unas 10 mil personas integran grupos de extrema derecha en España, según fuentes policiales. "Pero hay muchísima más gente que simpatiza con ellos, como los ultras del fútbol o los que acuden a sus conciertos de RAC" (rock anticomunista), admite un jefe del instituto armado.

Según publica el diario El País en su sitio web, tanto los que actúan bajo el paraguas de un partido político legal como los que lo hacen desde organizaciones ilegales tienen un común denominador: están en contra de la inmigración. Pero al margen de este enemigo común (los inmigrantes) no hay nada más que sirva de nexo a estos grupúsculos. Los intentos por hacer un frente común están resultando un fracaso, al no ponerse de acuerdo en la designación de un líder, según expertos policiales.

"Los ultraderechistas puros constituyen un problema residual, aunque estable", afirma un guardia civil. Éste cree que en breve plazo es difícil que haya un repunte de las actividades de este tipo y, policialmente hablando, considera que no se ha producido un aumento de los ataques a inmigrantes.

Tanto los especialistas del Cuerpo Nacional de Policía como los de la Guardia Civil precisan, no obstante, que es necesario dividir a la extrema derecha en dos grupos: uno, el que constituyen la veintena de minipartidos políticos que actúan desde la legalidad; y otro, el de las bandas neonazis ilegales. En este último destacan Hammerskin, Blood and Honour y Volksfront.

Los servicios de información se muestran preocupados por la irrupción de Volksfront, que parece haber logrado una fuerte implantación en España desde hace sólo un año. Esta organización, surgida en 1994 en Oregón (Estados Unidos), está captando a muchos miembros de Blood and Honour (Sangre y Honor).

Los agentes especializados en extrema derecha coinciden en que no es previsible que estos grupos puedan obtener poder político, entre otras cosas por la falta de un líder. Nadie intuye que pueda surgir alguien como Jean Marie Le Pen en Francia, capaz de articular el sentimiento xenófobo.

En 2005, la Guardia Civil detuvo a 62 ultras o neonazis y la policía a 80; mientras que en lo que va de 2006, el instituto armado ha arrestado a 15 y la policía a 27. Generalmente estos individuos han sido acusados de agresiones con armas blancas y contundentes, puñetazos y patadas o bien por hacer pintadas amenazantes.

Las principales zonas de actuación de los neonazis son Madrid, Cataluña, Castellón, Valencia, Zaragoza y algunos puntos de Castilla y León.

Entre las bandas neonazis apenas hay diferencias ideológicas, ya que tienen unos postulados comunes: la supremacía de la raza blanca, el odio a los inmigrantes y la intolerancia frente a las drogas, según la Guardia Civil. En la página web del grupo político español Alianza Nacional consta una ideología similar: "Para nosotros, la nacionalidad la da la sangre y no los organismos oficiales; no reconocemos como ciudadanos españoles a toda aquella gente que no tenga nuestra sangre ni sea de nuestra raza". Las mismas fuentes aseguran que los miembros de los grupos neonazis suelen ser personas de clase obrera, parados o trabajadores con escasa cualificación profesional.

Pero los partidos legales de ultraderecha apenas tienen implantación. Son una constelación atomizada en la que destacan Democracia Nacional, España 2000, Alternativa Española (AES), las diferentes Falanges y Alianza Nacional.