Según la presidenta del Club Republicano, Sara L. Chambers, el juego sólo busca llamar la atención de los estudiantes sobre la inmigración de trabajadores indocumentados. Chambers, quien es estudiante de Ciencias Políticas, reconoció que el juego es provocativo, pero negó que sea racista.
El anuncio del juego generó el repudio de estudiantes de diversos grupos étnicos, que calificaron la propuesta de desagradable y convocaron una protesta en paralelo a la puesta en escena de los estudiantes republicanos. Según los convocantes de la protesta, unos 400 estudiantes confirmaron por Internet su asistencia a la manifestación, que también tendrá lugar hoy en rechazo del juego.
"No es un chiste, es muy serio", afirmó Dalia Yedidida, alumna de Estudios técnicos que figura entre las organizadoras de la protesta. Yedidida ha explicado que la universidad alegó que no puede prohibir el juego porque se desarrollará en un lugar público.