“El Parkinson es una enfermedad sobre la que se está investigando y por el avance que tienen algunas líneas de investigación, pienso que se está lejos de hallar algunas soluciones definitivas integrales a su padecimiento. Aunque por el momento, en ninguna parte del mundo existe la cura definitiva a esta enfermedad”, afirma Telmo Nicola, neurocirujano y Jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Privado Rosario, ante la consulta de Rosario3.com; y concluye: “sí podemos retardar la aparición de los síntomas, estabilizar los mismos y otorgarles a quienes padecen la enfermedad, una muy buen calidad de vida.

Contamos con muchas y buenas terapéuticas; y las quirúrgicas ofrecen mitigar síntomas y las molestias de esta enfermedad que nos desafía constantemente; sobre todo ofrecemos una mejor calidad de vida al paciente.

También existen muy buenas terapéuticas clínicas, con medicamentos que van encontrando una mejor relación en favor de los efectos benéficos de los mismos; apuntando a lo mismo: mejorar la calidad de vida

En general estas soluciones se complementan; no son excluyentes unas sobre las otras. Ambas áreas, la clínica y la quirúrgica, conjugadas, dan muy buenos resultados”.

¿Existen en la cirugía del Parkinson muchas opciones?

La solución a la que estamos recurriendo en Rosario que es la que se hace en todo el mundo que es aplicar tempranamente las diferentes técnicas quirúrgicas para la enfermedad de Parkinson; entre la que se destaca la colocación del estimulador cerebral con el que llevamos más de 10 años y contamos con amplia experiencia y buenos resultados. Estamos convencidos que se debe recurrir a él lo más temprano posible para evitar el deterioro que sufre el paciente con esta enfermedad progresiva.

¿En qué consisten estas soluciones quirúrgicas?

Primero tenemos que distinguir las variedades clínicas de la enfermedad de Parkinson; la temblorosa que es muy invalidante y el Parkinson rígido que hace que el paciente se mueva con movimientos de robot; y una tercera variedad que tiene ambas manifestaciones. Nuestra conducta dependerá del tipo clínico de Parkinson; esto va a marcarnos los diferentes núcleos a los que deberemos estimular colocando los electrodos estimuladores en el cerebro con el objetivo de inhibir el síntoma que el paciente padece. Pero la tendencia hoy, de acuerdo a estudios recientes realizados, es colocar los electrodos en un núcleo subtalámico que tiene muy buena respuesta para los dos tipos de manifestaciones del Parkinson; ya sea para el temblor o la rigidez.

La cirugía se hace con el paciente despierto; necesitamos de su colaboración y hablamos con él.

¿Cómo es la recuperación y el control postquirúrgico de estos pacientes?

El sistema está compuesto por una pequeña computadora, muy similar a un marcapaso cardíaco, que va colocada bajo la piel y la programamos telemétricamente desde otra computadora para que comience a funcionar.

Lleva baterías recargables desde fuera con lo que no se lo toca ni se los mueve para nada.

Existen para la programación variables de acuerdo a la amplitud de ondas y al amperaje.

Durante los primeros tres meses vamos buscando el punto óptimo para ese paciente y ya lo dejamos funcionando permanentemente. Hay pacientes que cuando duermen con un control remoto apagan el sistema y lo encienden cuando se levantan a la mañana.

Si se exacerban algunos síntomas el paciente viene al consultorio y reprogramamos la computadora buscando el nuevo punto de equilibrio. Las posibilidades son infinitas y nuestra tarea es encontrar aquella que haga desaparecer los síntomas para obtener una buena respuesta clínica del paciente.

¿Los pacientes obtienen un mejor bienestar?

Nos asombra. Hace 60 días operamos un médico de la ciudad de Santa Fe; es traumatólogo; tiene 52 años. La enfermedad lo incapacitaba para ejercer la profesión; además, el Parkinson le impedía desarrollar su pasatiempo predilecto que es la arquería. Recibí de él hace unos pocos días, un video donde nos muestra su primera artroscopia luego de su cirugía. También grabó para nosotros un video donde se lo ve practicar su deporte preferido: tirar al blanco con flechas.

¿Cómo evalúa la recuperación de este paciente?

Mi evaluación se apoya en lo que el paciente me dijo cuando le pregunté si tuviera que evaluar su propia recuperación entre 1 y 10; ´9,50´, me dijo.

Tenemos que tener en cuenta que cuando vino a consultarnos, el paciente estaba deprimido y desahuciado ya que el potencial intelectual que poseía el paciente no se condecía con su potencial físico.

Al equipo nos produce un enorme placer ver estos resultados ya que se trata de una recuperación que lo saca de su invalidez para devolverlo a su vida activa profesional y social.

¿Se debieron superar muchas resistencias?

Sí. Como toda novedad la cirugía del Parkinson fue muy resistida. Pero nosotros practicamos medicina basada en la evidencia y una vez que pudimos demostrar los resultados de nuestra cirugía hicimos que los pacientes se nos derivaran antes del deterioro que alcanza la enfermedad en sus últimos estadios. Con lo cual podemos ofrecer mejores resultados a más pacientes y agregar evidencias.  

¿Esta solución como usted sostenía no excluye el tratamiento clínico?

Trabajamos conjuntamente con el neurólogo; el manejo es del neurólogo que conoce al paciente y la progresión de la enfermedad; indica la medicación y va regulando sus dosis, las que en general se reducen hasta en un 50%, con resultados más significativos. Juntos con el neurólogo vamos tratando al paciente y cumpliendo los pasos hasta su estabilización y la desaparición de los síntomas más invalidantes.

Se trata de un trabajo multidisciplinario ya que además debe estar dentro de este equipo de trabajo, el fisioterapeuta y el psicólogo para conformar una red de ayuda al paciente en este período de recuperación y adaptación.

Telmo Nicola

Matrícula 7319

Jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Privado Rosario