En el interior, claro, la nota estaba bien. Por lo cual, los que se asustaron por el título rápidamente volvieron en sí cuando leyeron el texto y pudieron terminar la medialuna atragantada.
Como siempre, el aviso llegó de parte de los lectores: varios mails alertaron del error, que fue corregido casi con desesperación una vez que fue detectado.
Explicaciones para el error puede haber varias. Pero no es tiempo de explicaciones sino de pedir disculpas. Y acaso de ir al psicólogo por tamaño lapsus.