Fidel no negó haber dicho esas palabras ni puso en cuestión el trabajo del entrevistador de la revista, Jeffrey Goldberg, un "gran periodista" que "no inventa frases", ni el de su compañera, Julia Sweig, periodista y analista del Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU.
Sin embargo, matizó que su frase "representaba exactamente lo contrario de lo que ambos periodistas norteamericanos interpretaron sobre el modelo cubano".
Entonces Fidel explicó lo que había querido decir: "Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos, ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis que son cada vez más globales y repetidas. ¿Cómo podría servir semejante sistema para un país socialista como Cuba?".
Pero Fidel no sólo matizó esa frase, también hizo lo propio al referirse a su inusual defensa de los judíos en aquella entrevista, al recordar que "no fueron los únicos perseguidos y calumniados por sus creencias: los musulmanes, durante bastante más de 12 siglos, fueron atacados y perseguidos por los cristianos europeos".
Además, junto al reconocimiento del sufrimiento de los judíos, Fidel atacó duramente al estado de Israel, al decir que allí "los palestinos son privados de sus tierras, sus casas son demolidas por monstruosos equipos y, hombres, mujeres y niños, bombardeados con fósforo vivo y otros medios de exterminio".
Con respecto al programa nuclear iraní, que es objeto de gran parte de sus preocupaciones en los últimos meses por la tensión generada en la zona del Golfo Pérsico, el líder cubano lo defendió al recordar que "el temor de que (el programa iraní) busca la producción de armamento nuclear es solo una suposición".
Tampoco la polémica sobre la proyectada quema del Corán en una iglesia de la Florida escapó a sus comentarios, pues interpretó que todas las negociaciones emprendidas con el pastor Terry Jones, que promueve esa quema, han significado "un descomunal show mediático, cosas propias de un imperio que se hunde".
Fuente: EFE