Ya pasó el momento más esperado del campeonato, que en medio de campañas mediocres como las que viene haciendo Central indudablemente es el clásico, pero Carlos Ischia y sus muchachos no podrán relajarse demasiado porque el bajísimo promedio los obliga a aumentar rápidamente la cosecha de puntos. Encima, la caída de este viernes ante San Lorenzo apagó muy pronto la euforia por el triunfo en el Coloso, por lo que el DT deberá encender nuevamente el espíritu de sus futbolistas para encarar lo que resta del torneo (casi la mitad) con el espíritu reestablecido.

El próximo compromiso que le deparó el fixture al Canalla es nada menos que River, y en el mismísimo Monumental, estadio históricamente poco favorable para los auriazules. Para ese juego, el entrenador tiene más o menos claro el panorama con el que se encontrará desde el lunes, día de regreso a los entrenamientos: por ejemplo, sabe que no podrá tener en cuenta al mediocampista Leonardo Borzani, expulsado ante el Cuervo, ni a Gervasio Núñez, quien aun debe cumplir una echa de suspensión, aunque sí estará otra vez a disposición suya Emiliano Papa, ya libre de su castigo por la roja ante la Lepra. Además, tal cual confirmó el doctor Lancelotti, el Vasco Azconzábal estará en condiciones de trabajar a la par del grupo y se muestra como una buena opción para darle a la defensa mayor experiencia.


Con esos datos, más los que puedan surgir del transcurrir de las prácticas, el calvo DT irá moldeando la alineación que se las verá con los de Passarella. A priori, y si todos los elementos están en óptimas condiciones físicas, la formación no sufriría muchas variantes, aunque primero deberá Ischia determinar cuál será la estrategia con la que saldrá su estructura al césped de Núñez antes de elegir los intérpretes.