Los sitios de Internet correspondientes a Estados Unidos, Inglaterra, Bélgica y Alemania, por sólo nombrar algunos, contienen guías detalladas de acción para quienes creen haber comprado alguno de los artículos en sospecha.
Además, en la web estadounidense hay un cuestionario con varias preguntas a responder por quienes tienen sospechas, que finaliza con el ofrecimiento de enviar vía correo electrónico folletos para determinar si los juguetes están afectados por el exceso de plomo, y hasta órdenes de compra con el fin de resarcir a los afectados.
Sin embargo, tanto en el sitio hispanoparlante de Estados Unidos como en los de México y España, el tema es ignorado por completo. Hay un listado de peligros con otros juguetes, como columpios y rampas para autitos, pero de los artículos con plomo, nada.
En todos esos países, al igual que en otros países hispanoparlantes que no poseen una página específica de la empresa (incluida la Argentina), los juguetes también fueron sacados de circulación por sospechas.
Por ello, y aunque seguramente lluevan las dudas sobre un tema tan delicado como son los juguetes de los más chiquitos, aquellos que no comprendan inglés tendrán que seguir esperando