Los grupos de floggers comenzaron a multiplicarse en la ciudad a la par del aumento del acceso a la tecnología. Un flog es una página personal de Internet donde una persona puede colgar sus fotografías personales. En general, la mayoría de los usuarios que utilizan la herramienta son adolescentes que toman las imágenes con teléfonos celulares o cámaras digitales, cada vez más accesibles.
Los floggers son comunidades o tribus de adolescentes que se reúnen en grupos de pertenencia diferenciados, se caracterizan por su ropa vintage, por pintadas en las paredes en defensa de su grupo de pares y compiten por la cantidad de firmas que tengan en su flog.
En la ciudad de Rosario hay unos 80 mil flogs registrados, de los cuales la mayoría son de adolescentes. Los grupos de floggers que se conocen en la ciudad son al menos 4: Electro Fanatic, La Fabela, Los Ninios Populares y Los Guasos de VGG.
Muchos de los encuentros de los floggers se realizan los viernes en la Plaza Pringles de Paraguay y Córdoba. Y hasta se ha creado un movimiento Anti Pringles llamando a no participar de las reuniones semanales en ese lugar.
Algunos integrantes relatan sus vinculaciones a las drogas, comentan que roban para comprar ropa de marca y que organizan encuentros para el enfrentamiento con sus competidores para medir fuerzas.
Los comentarios en las páginas de Internet suelen estar llenos de insultos, agravios y mensajes racistas de una banda a la otra.
El encuentro en el shopping de Rosario fue organizado a través de mensajes de texto y en los fotologs personales de los grupos enfrentados.
Los niños populares y La Fabela llevaron unos cuarenta integrantes cada uno a las cercanías del centro comercial en un encuentro que denominaron Alta Noche. Allí comenzaron los enfrentamientos a piedrazos y los arrestos de la policía.
La socióloga Laura Etcharren explica el fenómeno de estos grupos urbanos comparandolo con las maras de Centroamérica. “Emergentes de la precariedad educativa, dominan los barrios y entablan luchas de poder con los miembros de las bandas de otros barrios. Incluso, dentro de un mismo barrio”, dice la analista.
La socióloga dice que fue así como “comenzaron a operar las pandillas en Centroamérica y con el correr del tiempo comenzaron a ser coptados por grupos armados”.
La especialista explica que en el caso de los floggers si bien los integrantes de las pandillas están compuestas por chicos que asisten a la escuela, “tienen formas de actuar, pensar y sentir violentas”.
“Entre pintadas, golpes y una competencia que tiene que ver con una rivalidad entre integrantes de colegios, estos chicos tienen como medio de expresión los avances de la tecnología. Es por ello que se manejan con computadores. Desde blogs, fotologs y otros espacios acuerdan lugares de encuentro y elucubran venganzas”, dice Etcharren.
En Rosario, el fenómeno de los floggers está movilizado por adolescentes de clase media, con estudios secundarios en curso y acceso a la tecnología. Los enfrentamientos de la semana pasada dejaron como resultado 13 detenidos (9 menores de entre 12 y 14 años).