La actriz y conductora Florencia de la Ve reclamó este jueves a los legisladores que aprueben la ley que legaliza el aborto y los responsabilizó, en caso de no prosperar la iniciativa, de "seguir cargando con la muerte de millones de mujeres".

"No quiero que la muerte de mi madre sea en vano", dijo Flor de la Ve, luego de un crudo relato de su infancia como consecuencia de la muerte de su madre, Sabina Báez, en un aborto clandestino. Según informó el sitio ámbito.com, la actriz relató que desde que se enteró del motivo del fallecimiento de su madre estuvo buscando "la cara del femicida", aseguró que ahora sabe quién fue: "el Estado".

"En sus manos está la responsabilidad de si quieren seguir teniéndolas llena de sangre y si quieren seguir cargando con la muerte de millones de argentinas", advirtió a los legisladores.

En los siete minutos que le tocó exponer, relevó que en el Congreso no se está para discutir "desde cuándo hay vida" y señaló que "el aborto es una decisión privada de cada ser humano y no es una decisión pública".

"Estamos hablando de despenalizar una práctica quirúrgica que depende del Estado para que el Estado, el lugar de castigar a las mujeres, brinde lugares seguros para que no muera ni una mujer más", agregó.

La conductora recordó que desde que se convirtió en una figura popular habló cuánto necesitaba y extrañaba a su madre, ya que se crió con la creencia de que "había muerto de una enfermedad" hasta que una hermana de ella le dijo que había muerto por un aborto ilegal.

Flor de la Ve dijo que fue "una muerte que se pudo haber evitado" y que su madre "murió de la peor manera que puede morir una persona".

Otro testimonio relevante correspondió al constitucionalista Gregorio Badeni, quien afirmó que "la academia de derecho, con un criterio jurídico, la de ciencias morales y político, con un criterio ético, y la de medicina, con un criterio bioético, fueron muy firmes en su posición de no ser partidarias de la despenalización del aborto".

Además, señaló que en el Código Civil aprobado hace tres años así como en la Constitución Nacional "se reconoce el derecho de las personas por nacer".

La séptima audiencia contó con la participación de 41 oradores y al promediar la primera parte de la jornada, el titular de la Comisión de Legislación General, Daniel Lipovetzky (PRO), encargado de conducir el plenario ratificó que las jornadas se extenderán hasta el 31 de este mes.

En ese marco, Lipovetzky confirmó además que una vez que se agote la lista de oradores, a fines de mayo, los diputados tendrán dos jornadas más de debate a nivel de comisión para firmar dictamen y destacó el compromiso para que la iniciativa llegue al recinto aproximadamente en la segunda semana de junio.

Uno de los primeros expositores fue el médico y director de Bioética en la Federación Pentecostal de la República Argentina, Gabriel Flores, quien se definió como en pro de la vida y aseguró que el debate en torno al aborto es "una agenda impuesta por poderosos en naciones lejanas que quieren imponer el aborto" para "despoblar la Argentina y quedarse con nuestros recursos naturales".

En tanto, la abogada Alejandra Iriarte sostuvo que "no solo abortamos las mujeres heterosexuales, también las lesbianas, las masculinidades trans y las trans no binarias", y expresó su preocupación porque "se haya excluido de la discusión a los cuerpos con capacidad de gestar que no son mujeres heterosexuales".

Sandra Hoyos, Integrante de la Campaña Nacional por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, relevó que "el Estado debe dar respuesta a un tema que tiene gran aceptación y legitimidad social", y consideró que "es justicia" legalizar y despenalizar el aborto.

En cambio, el médico oncólogo Fernando Secin aseguró que "el aborto es una tragedia" y sostuvo que el sistema sanitario argentino "no está en condiciones de soportar la legalidad" de esa práctica.

A su vez, Sandra Torlucci, rectora de Universidad de Artes, dijo que la penalización del aborto "es un tema delicado que deja a gran parte de la población no solo desamparada, sino estigmatizada y humillada por la promesa de un castigo que aparece como una amenaza sobre la vida de miles de mujeres gestantes".