La polémica Flor de la V-Jorge Lanata por los dichos del conductor de Periodismo Para Todos (el Tres) –“no sos una mina, sos un trava con documento de mina“– sumó respuestas de distintas personalidades y hasta del Inadi. También, una editorial del periodista sobre el cierre del programa el último domingo.
Sin embargo, la voz que había permanecido en silencio hasta este martes es la de la propia Flor. La capocómica posteó una columna en su web para explicar cómo se siente ante “las expresiones de extrema crueldad” de Jorge Lanata.
En las líneas, la artista deslizó cierto enfrentamiento “político” por estar en “veredas diferentes”, al tiempo que puso luz sobre lo que tildó de “inexplicable y sospechoso giro en materia ideológica” del ex director de Página 12.
En el comienzo de la columna, Flor de la V advirtió que su intención no es usar descalificativos para desarmar a su oponente pero no duda en tildar de “ilegalidad” las afirmaciones – “mal que le pese las leyes protegen mi visión de las cosas y no la de él”–.
Tampoco le tembló el pulso a la hora de desmontar eso de equiparar la identidad de género con el delirio “de Napoleón”.
La columna
“Como en otras ocasiones en que lo consideré necesario, esta vez voy a ocupar el contenido de esta columna, que casi siempre transita por el humor, para compartir con ustedes algunas reflexiones sobre cuestiones que son, creo, de suma importancia no solo para mí sino para toda la sociedad.”. Así comenzó Flor de la V el extenso escrito.
En el texto, advirtió “Lanata y yo estamos en veredas diferentes, pero sinceramente no esperaba semejante desfile de comentarios del peor contenido reaccionarios” en relación al periodista al tiempo que desliza sorpresa sobre su “inexplicable y sospechoso giro en materia ideológica”.
Sobre los dichos en particular, Flor aseguró que a la hora de escribir evitó “la tentación de descalificar, ofender o expulsar del debate a quienes me atacan”. Y le apuntó a Lanata en relación al uso de descalificativos como “imbéciles”, ¨pelotudos”, “tarados” –a los que definió como “el producto del menos reflexivo de los prejuicios sociales”–al asegurar ”yo no pienso que sea ninguna de esas cosas”.
Vale aclarar que en el texto, Flor no cuestionó la posición del periodista –“podría decir que no está de acuerdo con que a personas como yo se las considere jurídicamente mujeres”– y hasta admite cuestionamientos propios en torno a lo que implica la identidad de género, pero resiste “las maneras” del cronista y los ejemplos que utiliza. Así como la “legalidad” de las afirmaciones: “Se cree con derecho a pasar por encima de la ley cuando a su opinión se le antoja (..) me está atacando ilegalmente, porque mal que le pese las leyes protegen mi visión de las cosas y no la de él”.
Uno de los ejemplos resistidos fue el que utilizó Lanata para equipara la identidad sexual con un delirio: “si yo me creo Napoleón y digo que nací en Córcega el Estado tiene que reconocer eso”.
“Epa…qué golpe bajo… ¿Desconoce Lanata, intelectual como es, que el ejemplo de Napoleón ha sido usado para graficar algunas de las formas más extremas de la demencia? ¿A cuánto estamos de decir entonces que las personas como yo somos enfermos?”, desandó Flor.
Y continuó: “La noción de identidad de género es una idea compleja, discutible desde luego, pero es una idea, no es un mamarracho que pueda ser reducido al absurdo en un programa de radio mientras todo el mundo festeja cómo humillás gratuitamente a un ser humano. Por suerte, cuando mis hijos me abrazan sienten que abrazan a una mamá y no al emperador de Francia”.
Sobre el cierre, Flor lanzó algunos interrogantes reveladores: “¿Necesitás que sea yo misma quien diga que soy un hombre con documento de mujer, que soy papá y no mamá, que soy trava? ¿Te dejaría más tranquilo eso?”.
“Tal vez te resulte extraño e incompresible que yo tenga derecho a cambiar lo que según vos no debe cambiarse. Más extraño e incomprensible nos resulta a todos, Jorge, cómo has cambiado vos”, cerró,