Pero, para la contramaestre existe otro tipo de contrariedades y están vinculadas a su género y la dificultad que enfrenta a la hora de crecer en un universo ligado a los varones. “Te dicen que vos sos mujer y que la mayoría de los marineros son hombres y descreen de tu capacidad de trabajo, piensan que con vos en el barco van a tener que hacer doble trabajo”, explica y advierte: “Nunca tuve un problema de tipo sexual”.
Julia tuvo que adaptar su comportamiento al de los varones, plagados de códigos y formas que debía conocer e imitar para ser una más. “Yo no puedo levantarme y decirle a mis compañeros «Hola» y darles un beso porque lo van a interpretar mal. Yo los trato como ellos se tratan”. Y se sincera con una media sonrisa: “Igual yo nunca fui cariñosa así que no me costó. Nunca fui demostrativa pero tampoco lo puedo hacer. Tengo algunos amigos, pero en el barco son todos iguales”.